martes, 17 de noviembre de 2009

Necedades y wikipedia

Antes de platicar con un necio sobre si tiene la razón o no, se anhela una caja de aspirinas. En un mundo donde la verdad casi siempre es inalcanzable, para algunos la necedad es una condena involuntaria, para otros sólo un deporte o fanatismo. Conozco personas muy inteligentes que se oponen a lo que dice alguien más, sólo para entretenerse. Este tipo de casos al final son divertidos. La discusión se convierte en una parodia con tintes de sketch donde abundan las bromas.

Sin embargo, la necedad nunca podrá ser deporte olímpico. La mayoría de los tercos no son atletas, sino imbéciles. Discuten, argumentan y contra argumentan con datos falsos, dogmáticos o incomprobables. Cuando estaba de intercambio, teníamos un necio en una clase. Era vampirista, ufólogo, pro abortista y pro vida. Un gran aficionado a jugar a los necios planteamientos de conspiración.

El tema y formato de la clase se prestaban. Era un seminario sobre International cases of terrorism (algo así) y cada semana había un presentador distinto. Sin importar el punto de vista del expositor, el necio siempre interrumpía con cuestionamientos raros. Que no hubiera una misma persona exponiendo siempre hacía que cada profesor tomara sus preguntas sin extrañamientos. En un salón con 60 personas de cuatro continentes, casi cualquier pregunta es normal, incluyendo las que tienen que ver con nieve, pobreza, velos musulmanes o vampiros.

El martirio era para los alumnos que debíamos recetarnos sus necedades. A la mitad del curso estábamos hartos. Al parecer los necios son universalmente aborrecidos, pues después de unas semanas, cada vez que pedía la palabra se escuchaba un largo suspiro de todos. No le aventábamos jitomates para no faltarle al respeto, pero manifestábamos nuestra indignación con la respiración. Tras entender que no queríamos escucharlo, en una de sus tantas interrupciones, dijo indignado: “if you don’t belive me, you can visit www . vatican assassinations . com there you will see that everything i say it’s true”.

La clase cambió el suspiro de indignación por una gran carcajada. Ese día el necio fue la burla por tratar de convencer al resto que el Vaticano mató a Kennedy, Colosio, Juan Pablo I, Selena o hasta a Obama, aunque Obama siga vivo y en ese tiempo nadie lo conocía.

Las discusiones son en última instancia una competencia de ideas. Algunas ideas son mejoras que otras, dependiendo del contexto y el fin último. Demostrar la superioridad de una idea es depende de ejemplos basados en la realidad. Para llevar a cabo una competencia de ideas ambas personas deben aceptarse como posibles perdedoras y reconocer que pueden estar equivocadas. Paradójicamente, las discusiones más interesantes no son las que terminan en abrazos, sino aquellas en las que dos personas con los mismos datos llegan a distintas conclusiones. Al final brindan por no llegar a un acuerdo.

Al contrario, demostrar que un necio está en un error es casi imposible. La discusión se convierte en monólogo. Las teorías de la conspiración son el mayor de los problemas, aunque ellas tienen un error estructural. Los necios no discuten ideas. Los ufólogos, vampiristas, anti imperialistas radicales y nacionalistas a ultranza, parten de dogmas de fe en la que no creen poder estar equivocados. No citan datos o autores, sino encíclicas o páginas de internet construidas por una sola persona.

Una buena apuesta puede distinguir un carrusel de necedades de una buena discusión. Cuando se lanza el reto de perder dinero o dignidad, los necios generalmente culean.

Hace unas semanas discutía con mi mujer si las elecciones deben empalmarse para ahorrar recursos. Según yo, el caso práctico mexicano más extremo es el Estado de México, su lugar de origen. Ahí, la última elección para gobernador fue en 2005, para alcaldes en marzo de 2006 y para diputados federales y presidente en julio de 2006. Al menos yo estaba seguro de eso. Gaby estaba convencida de algo distinto. Según ella, el 2 de julio del 2000 (seis años antes de mi referencia), en su municipio votaron por alcalde y presidente de la República el mismo día. No tenía clara la referencia de gobernador ni diputados locales, pero de lo demás estaba segura.

Acordamos una apuesta para no gastar saliva. El perdedor debía pagar con una semana de desayuno a la carta, caliente y en la cama para el ganador. El premio ameritaba poner reglas especiales. Nuestras referencias eran distintas y a los dos nos convenía evitar ambigüedades en la interpretación. El trato fue que al llegar a la casa, yo buscaría por internet la fecha de la elección de 2006. Si estaba en lo correcto me salvaría de perder. Ella buscaría la fecha de la elección de 2000. Si ella estaba en lo correcto se salvaría de perder. Un trato justo en que el castigo era para quien citara mal su referencia. Un gris y apestoso empate aparecía como posibilidad si habían cambiado la ley entre periodos.

El destino me sonrió. Wikipedia decía que en marzo de 2006 ocurrieron las elecciones de presidente municipal en el estado de México. En esa misma página aparecía que seis años antes la misma elección había sido por las mismas fechas. Yo ganaba.

Wikipedia nunca me ha parecido una mala fuente. Si bien considero inaceptable que un juez la utilice como evidencia en un crimen -como pasó en México respecto al caso Acteal- o que un estudiante la incluya como bibliografía en su tesis, creo es una gran referencia para darte una primera idea sobre algún tema o buscar aspectos concretos. El hecho de que los usuarios la retroalimenten tendería a que incluya más hechos verídicos que interpretaciones sesgadas. Un libro de Historia de la SEP sobre la independencia de México dirá que el cura Hidalgo fue sabio, patriota, guapo, intelectual y valeroso. Una reseña virreinal dirá todo lo contrario. Ibargüengoitia en los Hijos de López diría que simplemente tuvo mucha suerte. La ventaja de una fuente donde todos colaboran es que permite que todos corrijan y se presenten todas estas visiones.

Mi mujer no aceptó la derrota. Revisó los anales del Instituto Electoral del Estado de México y encontró que la elección del año 2000 para alcaldes fue el mismo día que la presidencial. El menú de chilaquiles y hot cakes en la cama desapareció. El resultado final fue un asqueroso y horroroso empate a ceros pero con un gol anulado. El peor sabor de boca para cualquiera que haya apostado millones o desayuno mexicano viviendo en Sudamérica.

En ese momento corregí la Wikipedia. No quería que nadie más perdiera una apuesta por culpa de la desidia colectiva. No sé por qué cuando se trata de aportar conocimiento, los hispanoparlantes aportamos tan pero tan poco. Wikipedia tiene en el cuarto idioma más hablado del mundo 530,000 artículos; en italiano más de 625,000 y en alemán 981,000. No sé si sea que tenemos muy poco que aportar o que necesitamos que alguien con grandes credenciales nos diga qué es lo correcto.

¿Simplemente seremos más necios y preferimos quedarnos con nuestros dogmas de fe? Creo que empezaré a necear sólo por diversión.

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