sábado, 21 de noviembre de 2009

El Columnista 201109


Mi colaboración en El Columnista del 20 de noviembre de 2009

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Señales en el camino

Muchos desempleados ningún asegurado

Las historias infantiles de magia son más efectivas para que los adultos sueñen despiertos que para que los niños duerman. Nadie puede negar que lo mejor que podría pasar en la vida es encontrar una lámpara maravillosa o una varita mágica. Un musculoso genio azulado o una sexy hada madrina harían por nosotros todas aquellas cosas que no queremos hacer.

Si bien después de hallar una lámpara mágica, el primer deseo de cualquier persona inteligente sería tener un millón de deseos, este tipo de cuentos tienen otras restricciones para evitar siempre contar la misma historia. La más popular es que los deseos no pueden ser más de tres. Si se hiciera una votación mundial para elegir los mejores los deseos ante un genio, los tres más votados tendrían título de telenovela: salud, dinero y amor.

El dinero es el anhelo más alcanzable. Incluso algunos pueden hacer realidad este deseo con un hada madrina llamada lotería. Los que no somos tan afortunados nos conformamos con trabajar, aunque de inicio no ganemos millones. Esta situación que parece pesimista y alejada de la magia, no es el peor lado del mundo. Muchos buscan trabajar pero simplemente no pueden hacerlo. A mucha gente le falta trabajo no por falta de entusiasmo, preparación o hadas madrinas, sino porque simplemente no encuentra.

En medio de una crisis económica, el desempleo es quizás el problema más grave. Incluso puede volverse una bola de nieve con consecuencias desastrosas si no se combate adecuadamente. Los recién desempleados no tienen dinero para comprar bienes, transportarse ni buscar trabajo; ello ocasiona que las empresas no vendan productos y despidan más gente que a su vez no puede comprar bienes. Una cadena viciosa que podría ser interminable.

La OCDE prevé que a finales de 2010 la tasa de desempleo promedio de sus países miembros alcanzará el 9.9%. En los treinta países más industrializados habrá alrededor de 57 millones de desempleados. Sólo en Estados Unidos durante este año la tasa de desempleo alcanzó el 10.2%, la más alta en más de veinte años.

En el segundo trimestre de 2009 la tasa de desempleo en México rondó el 6%, según el INEGI. Si bien es una de las más bajas de los países de la OCDE, no es porque haya muchas hadas madrinas, sino que responde a la manera en que mundialmente se mide el desempleo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda considerar desempleado a una persona con tres características: está en edad de trabajar, no tuvo trabajo durante la última semana y buscó trabajo. Esta definición excluye a estudiantes, amas de casa y trabajadores informales.

Aún contando a los informales como empleados, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el tercer trimestre del INEGI, más de medio millón de personas en el país han perdido su trabajo, ocasionando más de un millón de desempleados en el último año. La gente que perdió su fuente de ingreso ha debido buscar nuevas maneras para subsistir. Más de 530 mil personas se añadieron al sector informal de 2008 a 2009.

Para el caso de Puebla, de acuerdo con la misma encuesta, en los últimos tres meses el número de desempleados pasó de 99 mil a 122 mil, un aumento de poco más de 30 mil personas (1.3%) que representó una tasa de desempleo de 5.1%. Podría pensarse que la situación no es tan grave si consideramos que Chihuahua y Coahuila tienen una tasa de desempleo de casi 10%. Sin embargo, es preocupante el avance tan repentino y es una tragedia para quien lo haya sufrido.

En el municipio de Puebla hay 61 mil personas sin trabajo. Si consideramos que en el mismo periodo del año pasado había sólo 43 mil, el aumento también ha sido exponencial. Al igual que a nivel nacional, los poblanos se han refugiado en el sector informal para aliviar los gastos. En el último año creció 12.4% y hoy existen 30 mil nuevas personas trabajando en la informalidad.

El combate al desempleo puede darse por medio de múltiples estrategias. Esta misma semana se llevó a cabo Expo Profesionistas 2009, una iniciativa para vincular a empresas con demandantes de empleo. Una gran idea pero cuyos alcances son cortos para solucionar el problema.

La mayoría de los programas de empleo del Gobierno estatal (Portal del Empleo, Fomento al autoempleo) han partido de la lógica de que la gente no tiene trabajo porque no sabe dónde encontrarlo. Una visión muy útil para aquellos que se están integrando al mercado laboral o que han dejado de trabajar durante mucho tiempo. Sin embargo, en tiempos de crisis el mayor problema son aquellos que acaban de perder su empleo y para subsistir se integran al sector informal o al subempleo.

Una medida que se utiliza en casi todo el mundo son los seguros de desempleo. Con ellos el gobierno hace una transferencia directa a quien haya perdido su trabajo. Según la OIT hay más de setenta países con algún sistema de este tipo. En Latinoamérica sólo Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela, Argentina y Ecuador contaban con un programa parecido antes de la crisis.

En México los recién desempleados están protegidos con una liquidación o seguro de separación individualizada, con los cuales se entrega al despedido una cantidad acorde con su salario. Su principal ventaja es que permite generar capital para el auto empleo. Sin embargo, el pago de muchas liquidaciones en un corto tiempo puede llevar a que una empresa quiebre. Otra gran bola de nieve. Por otra parte, hay mecanismos legales por los que un empresario puede pagar menos liquidación a sus empleados, como el pago de parte de su salario como bono o compensación y un largo etcétera.

Los seguros de desempleo permiten garantizar un ingreso mínimo pero estable durante un tiempo determinado. Dan la posibilidad de que la gente salga a buscar trabajo y satisfaga al menos mínima inversión que necesita en transporte y cuidados personales.

Algunas entidades federativas como el Durango, DF, Tamaulipas, Zacatecas o Estado de México han optado por llevar a cabo un programa temporal de seguro de desempleo por la crisis. El objetivo es evitar que la bola se vuelva más grande. En cada estado los montos y modalidades son distintos, desde los mil 500 pesos al mes durante seis meses en el DF, los mil 200 pesos y una despensa en Tamaulipas hasta esquemas basados en convocatorias como en el Estado de México.

Los seguros de desempleo no regalan dinero, sino dan la oportunidad de que las personas se vuelvan a integrar al mercado laboral de manera formal y ayudan a reactivar la economía. Puebla debería implementar un seguro de desempleo para todos los trabajadores que hayan perdido su trabajo en el último año. Sería una forma de evitar que siga aumentando el sector informal y ayudaría a que las familias poblanas puedan subsistir.

Un seguro de desempleo no requiere genios ni hadas. Paradójicamente, que los desempleados encuentren trabajo depende mucho de que el gobierno trabaje.

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