lunes, 9 de noviembre de 2009

Feria del Libro y Estación Mapocho

La primera vez que fuimos a la Estación Mapocho salimos desilusionados. Este lugar era un sitio turístico imperdible en Santiago. No lo vimos así y nos pareció una infraestructura con mucho potencial pero vacía. El lugar respiraba historia pero nadie te la contaba. La única información que encontramos venía en nuestro mapa. Era una vieja estación de trenes que convirtieron en Centro Cultural. Ese día a la cultura se le había hecho tarde.

Regresamos este fin de semana. Ahora no como turistas buscando tomar muchas fotografías, sino como consumidores potenciales. En la Estación Mapocho se lleva a cabo La Feria Internacional del Libro de Santiago.

Las Ferias del Libro en la Ciudad de México se realizan en el lugar que más le pertenece al pueblo: el Zócalo. La entrada es gratuita y la Feria está llena de eventos culturales. Hay conferencias casi todo el día y precios accesibles en los productos. El lugar más populachero (o democrático) no demanda precios aburguesados.

Una visita a la Feria del libro del DF puede convertirte en Santa Claus. Los precios son tan bajos que una persona con tiempo y paciencia puede llevar regalos para toda su familia. En una ocasión compré una colección de cuatro libros de Carlos Fuentes por 100 pesos (7 u 8 dólares). Otro año el recién estrenado Vivir para Contarla de García Márquez en menos de 10 dólares (la mitad del precio normal). El año pasado hice mi compra más cara: un libro gráfico sobre lucha libre que no sobrepasó los 20 dólares. Una ganga si considero que puedo gastar más en una tarde en pareja de cine con palomitas.

La Feria del Libro de Santiago no es gratuita. Debes pagar mil 500 pesos chilenos a la entrada (3 dólares). No la organiza el gobierno sino por el Consejo Chileno de la Lectura, una ONG. Uno esperaría que al pasar la taquilla una guapa edecán te entregara al menos un mapa de regalo, una bolsita con bolígrafos de los patrocinadores, un programa, una guía de ofertas, un calendario, lo que sea. No ocurre así. La vendedora de la taquilla ni siquiera nos dio una sonrisa.

La Feria del Libro de Santiago es quizás más grande que la del DF. Tiene tres pasillos largos que por lapsos se convierten en cinco. La oferta de títulos es más variada y los expositores se refieren a muchas ramas del conocimiento: colegios de arquitectura, embajadas, sitios web con libros electrónicos, restaurantes con libros de cocina, en fin. No es un monopolio de amantes de las rimas, los relatos o las historias de la izquierda, como algunos años le ocurre a la del DF.

La Feria del Libro de Santiago no me permitiría convertirme en Santa Claus. Los precios en su mayoría son elevados. Hace unas tres semanas fui a una librería en el centro y salí con tres novelas en alrededor de 300 pesos mexicanos (25 USD). En la Feria, los dos libros más baratos que me interesaron costaban 200 cada uno. Aparte de que me cobraron la entrada, debía pagar el doble que en cualquier librería. Preferí sólo ver.

La Feria del Libro de Santiago cuenta con muchos autores presentes. Eso es asombroso. En cada stand hay una persona sentada frente a una mesa que contiene decenas del mismo libro con una fotografía y un papel con una leyenda similar: “Hoy, Juanito Pérez, famoso autor del Cuento contado, firmando libros”. Esta gran ventaja es mal ejecutada. No hay forma de saber por Internet qué autores vendrán mañana ni los que se aparecerán en la tarde. Al parecer no quieren prometer algo que después no puedan cumplir. Una tontería.

La Feria del Libro de Santiago tiene muchas presentaciones de libros. Al menos hay dos o tres diarias. En esta fortaleza, el diario El Mercurio reporta una gran debilidad. La Feria dura muchos días y la falta de información en la red origina pocos asistentes. Las presentaciones se convierten en monólogos de dos individuos sentados frente a una sala vacía. La mayor falta de respeto a cualquier autor o expositor. Ayer no lo pude comprobar porque no entré a ninguna. El próximo sábado presenta Carlos Fuentes y me daré otra vuelta.

Si regreso el próximo sábado a la Estación Mapocho, ojalá no salga desilusionado. La tercera puede ser la vencida.


1 comentario:

Unknown dijo...

mi estimado miguel, cómo se nota que tu forma de redacción ha mejorado bastante, me he quedado sorprendido con tu relato de esta feria del libro, o escribes de una manera tan sencilla, facil de entender, muy bien.
pues me retiro, y espero que sigas de lujo en Chile, no olvides traer algún recuerdo para mi he, jaja, chuidate mucho, y saludos por allá.