domingo, 7 de febrero de 2010

El Columnista 050210. Sobre la tenencia


Mi colaboración de ayer en El Columnista. Sobre la propuesta de quitar la tenencia y lo que debe incluirse en ella.

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Señales en el camino

Menos dinero sin la tenencia

Como muchas otras cosas, las invitaciones a fiestas y grupos ya no se hacen personalmente. Incluso el teléfono se ha dejado de usar para invitar a un compromiso o para unirnos por una buena causa. Desde hace algunos meses facebook ha sido el medio por el cual me han pedido que apoye causas humanitarias, que me indigne contra las corridas de toros y que repruebe o apruebe la gestión de Calderón. Las causas facebookianas son como las marchas, en el sentido de que basan su éxito en la cantidad de participantes. Ponen un número como objetivo, sin importar si la cifra es irreal.

Esta semana me invitaron al grupo: A que junto 3 millones que no quieren pagar la tenencia. A pesar de que seguro hay muchos más de tres millones, ni siquiera se ha alcanzado el 3.5% de la meta. Al día de ayer había poco menos de 100 mil miembros. Según el Global Monitor Report, en noviembre de 2009 México tenía 7 millones de usuarios en facebook. Para alcanzar la meta, todos los niños que sólo juegan la granjita, así como los adultos que no saben ni siquiera ver fotos deberían inscribirse. Un escenario irreal ante un impuesto absurdo.

Si bien algunos fundamentan el absurdo de pagar tenencia en que somos el único país que la cobra, en España existe un impuesto de circulación de automóviles, recaudado también por los gobiernos locales para hacerse de recursos. La ventaja de la tenencia es que es un impuesto que sólo quita recursos a las clases medias y que se cobra fácilmente, sin mucha evasión. Todos los automóviles deben estar al corriente si no quieren sufrir mayores sanciones cuando son infraccionados, así como es un requisito para poder verificarlos.

A pesar de que los mexicanos saben poco de la historia de su país, la mayoría conocen que la tenencia surgió para obtener recursos de cara a los Juegos Olímpicos de 1968. El grupo de Facebook también hace mención a este hecho. Si bien ningún impuesto es popular por sí mismo, este es un caso especial. Ya no tenemos olimpiadas en puerta, pero los estados han continuado cobrando ese impuesto por muchos años. Lo peor es que se han hecho dependientes de esos recursos.

Afortunadamente parece que en Puebla la tenencia pasará a ser parte de la historia, sin importar si se juntan de manera virtual los 3 millones de mexicanos. Tanto López Zavala como Moreno Valle han prometido eliminar este impuesto como parte de su discurso de campaña. ¿Realmente quitar la tenencia es un asunto de voluntad como lo han propuesto o también se requieren de planes alternos?

Felipe Calderón propuso en su campaña que de llegar al poder, presentaría una iniciativa al Congreso para eliminar la tenencia. En sentido estricto cumplió con su promesa, pero se estableció que dicha medida sería obligatoria hasta el 2012 y que los estados que así lo dispusiesen podrían hacerlo antes. Una simulación más de las tantas que existen en este país.

El único estado de la República que ya eliminó el pago de la tenencia es Querétaro. El discurso de campaña del actual gobernador versó en la desaparición de dicho impuesto. Cuando llegó al cargo no pudo prolongar la desaparición, como hizo el ejecutivo federal. Para 2010 Querétaro otorgó un subsidio del 100% a personas físicas con vehículos cuyo valor fuera menor a 400 mil pesos. De igual forma quedaron exentas del pago las personas morales sin adeudos fiscales con el gobierno estatal. Dicho subsidio ocasionó que el estado dejara de recibir 400 millones de pesos por su parque vehicular de más de 400 mil vehículos y que más del 90% de los queretanos no pagaran tenencia. Una medida que los queretanos aplaudieron, pero que vino acompañado de recortes en otras áreas.

Puebla depende más de la tenencia de lo que depende Querétaro. En todo el estado hay más del doble del parque vehicular (850 mil vehículos) y se recaudan más de 720 millones de pesos al año. La cifra no es nada despreciable. En 2008, una de las secretarías más importantes del estado, la de Desarrollo Rural, recibió 704 millones de pesos.

Desaparecer la tenencia en este momento parece una medida que quizás tardó en llegar. La recaudación de la tenencia ha ido a la baja en todo el país en los últimos años. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda en febrero de 2008 la recaudación en Puebla había caído a 46.8 por ciento, y en 2009, hasta el mes de abril había caído casi 15%. Si tomamos en cuenta que en Aguascalientes, Yucatán y Nuevo León la recaudación cayó 93%, 37% y 21% respectivamente, la ausencia de pago en nuestro estado no fue tan alta. La gente ya no quiere pagar la tenencia o la crisis económica se lo ha impedido. En cualquiera de los dos casos, lo más sano es eliminar dicho impuesto.

Sin embargo, las eliminación de la tenencia debe ser acompañada de planes específicos sobre cómo se van a conseguir los recursos. Hace un año los priistas locales se rasgaron las vestiduras por la propuesta de un diputado panista por desaparecer dicho impuesto. Ahora los panistas se rasgan las vestiduras por lo que consideran un plagio. Más allá de los plagios o los cambios de opinión, lo mejor sería que ambos grupos presentaran opciones para que Puebla se hiciera de 700 millones de pesos adicionales.

La medida más popular sería reducir el sueldo a funcionarios, aunque también debe plantearse la posibilidad de eliminar algunos programas inútiles –como regalar pollos que sólo serán consumidos en la siguiente fiesta del pueblo. Sin duda la medida más sencilla sería subir el costo de algunos trámites gubernamentales, como la expedición de placas, licencias o verificaciones, ante lo cual entraríamos en una nueva simulación o una tenencia disfrazada. El verdadero reto es proponer y poner en marcha maneras innovadoras de hacerse de recursos.

En algunos países europeos como Alemania, los contribuyentes pueden decidir sobre el destino de un pequeño porcentaje de sus impuestos. De esa forma, las mismas secretarías compiten por hacerse de más recursos a través de trabajo y no sólo quedando bien con el jefe. Un sistema así fomenta que los ciudadanos se comprometan en el pago de sus impuestos y que al siguiente año decidan entre repetir en el programa de desarrollo social o el de mejora en el cobro de impuestos, por ejemplo.

La eliminación de la tenencia es un reclamo justo que no debe utilizarse sólo para ganar votos. Una propuesta que no sea demagógica debe explicar la forma en que el gobierno del estado se hará de recursos. No hacerlo implica versar en el mismo discurso del pasado sin ver al futuro. Una propuesta sin un plan para recaudar los 700 millones será tan útil como crear un grupo en facebook para invitar a que la gente deje de pagar la tenencia.

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